Descripción o resumen: La dimensión política de las acciones de violencia llevadas a cabo por los sujetos populares ha sido negada sistemáticamente. Para la historiografía tradicional, la transgresión de los subordinados ha sido una mera reacción frente al abuso patronal, institucional y estatal. No obstante, nuevas líneas investigativas han puesto de manifiesto que, si bien es cierto que los sujetos populares han desarrollado conductas violentas como respuesta a la violencia estructural, también lo es que han transgredido permanentemente los patrones instituidos por la elite, creando los propios al margen del poder.En esta perspectiva se inscribe el libro de Ivette Lozoya. Para la autora, es necesario abordar la violencia social como un elemento constitutivo de la identidad, como un instrumento que los componentes sociales utilizan para lograr sus objetivos, y analizarla desde una perspectiva histórica, entendiendo que cada expresión de violencia tiene sus sujetos, sus espacios y sus tiempos.